"...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les
leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con
esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una
faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de
los catecúmenos cristianos... abajo la concurrencia sentada en
hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... plegaria
es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el del Parsons,
Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la
voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas
palabras pudiera yo decir ahora... los encapuchan, luego una seña,
un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean
en una danza espantable..."
José Marti
(Corresponsal en Chicago de "La Nación" de Buenos Aires)